En un delicado operativo, el municipio sanjavierino, transportó añosas parras desde zonas rurales, hasta la zona urbana de la comuna. Las parras, algunas con más de 150 años de antigüedad, fueron cuidadosamente extraídas del tradicional viñedo Caliboro Aventura, ubicado en la zona de secano interior a orillas del río Perquilauquén, y trasladadas hasta las áreas verdes urbanas de San Javier, entre ellas el frontis del edificio consistorial, donde comenzaron a ser replantadas, en el marco de un proyecto de hermoseamiento patrimonial. “Este hito, que busca fortalecer la iconografía e identidad local, forma parte de un esfuerzo sostenido por consolidar a la comuna como la Capital del Vino Patrimonial, rescatando elementos únicos del paisaje agrícola, la tradición campesina y la memoria vitivinícola del Valle del Maule”, comentó el alcalde Jorge Silva
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