Durante el verano, es crucial proteger a nuestros gatos de las altas temperaturas y de los peligros del sol, ya que son susceptibles a las quemaduras solares y el golpe de calor. Es fundamental aplicar crema solar con alto factor de protección en zonas sensibles como el puente nasal, las orejas y el vientre, especialmente en gatos de pelo claro o corto, que son más propensos a quemarse. Además, es vital asegurarse de que los gatos tengan acceso constante a agua fresca para prevenir la deshidratación, ofreciendo múltiples bebederos y complementando su dieta con alimentos húmedos ricos en agua. Para mantener a los gatos cómodos y frescos, es aconsejable proporcionar zonas de sombra y superficies frescas donde puedan descansar, como esterillas refrigerantes o mantas húmedas. Durante los días extremadamente calurosos, las piscinas poco profundas o las toallas húmedas pueden ofrecer un alivio significativo, incluso para los gatos de interior. También es crucial protegerlos de los parásitos, como las garrapatas y los ácaros, utilizando tratamientos antiparasitarios eficaces recomendados por el veterinario, lo que garantiza su bienestar durante los meses de verano.
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