La Defensoría del Pueblo de Colombia ha confirmado la muerte de siete menores de edad reclutados por grupos guerrilleros durante un bombardeo ordenado por el presidente Gustavo Petro. Este ataque, dirigido contra disidencias de las FARC en el departamento de Guaviare, representa la operación más letal de este tipo bajo el actual gobierno, con un saldo total de 20 fallecidos. En declaraciones oficiales, la defensora del pueblo Iris Marín calificó los hechos como «lamentables» y destacó el impacto desproporcionado del conflicto armado en la población infantil. «Es la guerra en su despliegue doloroso e inhumano, afectando a los más vulnerables: menores reclutados por falta de protección y hoy convertidos en objetivos militares», expresó la funcionaria. Marín responsabilizó directamente a la guerrilla liderada por alias Iván Mordisco, quien comanda el Estado Mayor Central (EMC) con aproximadamente 3.200 combatientes. Simultáneamente, instó a las fuerzas militares a implementar todas las precauciones necesarias para proteger a los niños en zonas de conflicto. Este incidente se produce en un contexto de creciente presión internacional, particularmente desde Estados Unidos, que recientemente revocó a Colombia su certificación como aliado en la lucha contra el narcotráfico.
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