El mercado de valores de Japón ha registrado la mayor caída diaria de su historia, en un contexto de temor generalizado por una desaceleración económica en Estados Unidos, que ha impactado duramente los mercados globales. El índice Nikkei 225 de Tokio sufrió una caída de 4,451 puntos, cerrando con una pérdida del 12%, lo que lo sumerge en un mercado bajista con una caída total del 25% desde principios de julio. El colapso en Japón ha reavivado recuerdos del «Lunes Negro» de 1987, con mercados globales en pánico. Los inversores temen que la Reserva Federal de EE.UU. se vea forzada a recortar tasas en respuesta a la desaceleración, mientras el Banco de Japón está elevando las suyas para contener la inflación, fortaleciendo al yen y afectando negativamente a las empresas exportadoras japonesas.
El temor a un «aterrizaje brusco» económico en EE.UU. y la inestabilidad en los mercados de Tokio han desencadenado un «efecto contagio», con operaciones detenidas temporalmente en Japón y Corea del Sur para prevenir ventas de pánico. La incertidumbre ha llevado a una volatilidad significativa en Asia y Europa, con futuros de acciones en EE.UU. también cayendo. La crisis se agrava con la posibilidad de que el Banco de Japón aumente aún más las tasas, a medida que intenta controlar una inflación en aumento. Esto ha llevado a los inversores a deshacer masivamente el carry trade en yenes, exacerbando la caída del mercado. El escenario actual pone de manifiesto la interconexión de los mercados globales y el delicado equilibrio de las políticas monetarias internacionales.
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