Tres años después de cientos de llamadas de la OMS y de investigadores de todo el mundo, recién esta semana científicos de China publicaron datos recopilados en 2020, durante el comienzo de la pandemia, que arrojan luz sobre el origen de la COVID-19. El análisis, es una prueba fehaciente de lo que suponían los especialistas de salud en occidente, ya que muestra que los hisopos con que se tomaron las muestras de PCR, y que dieron positivo al virus, contenían material genético de animales salvajes, lo que indicaría que la enfermedad efectivamente se habría transmitido inicialmente de animales a humanos. Según se informa, el equipo de investigación de científicos chinos, publicó una primera versión del estudio en línea en febrero de 2022, pero no proporcionó la información genética completa de las muestras recolectadas del mercado de mariscos y vida silvestre de Huanan, de la ciudad de Wuhan. Pese a estas pruebas, los científicos chinos han destacado que su análisis no proporciona una prueba definitiva del origen del virus. El documento señala que las muestras ambientales no pueden probar si los animales estaban infectados con el virus o no.
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