Con más de 100 periodista encerrados tras las rejas, China fue considerado el mayor carcelero mundial de profesionales de la Prensa el año pasado, según un grupo de libertad de prensa, mientras el gobierno del presidente Xi Jinping reforzaba el control sobre la sociedad. El gobierno chino fue uno de los mayores exportadores de contenido propagandístico, según Reporteros sin Fronteras. China ocupó el penúltimo lugar en el índice anual de libertad de prensa del grupo, solo detrás de su vecino Corea del Norte. El gobernante Partido Comunista ha reforzado los controles ya estrictos sobre los medios en el país, donde todos los periódicos y las emisoras son propiedad del Estado. Los periodistas chinos han sido procesados por cargos de espionaje, filtración de secretos nacionales y provocación de peleas, una vaga acusación utilizada para encarcelar a los disidentes. Otros son objeto de vigilancia, intimidación y hostigamiento.
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