Una mujer en Canadá solicitó este sábado el suicidio asistido, después de perder la capacidad de disfrutar de las cosas simples de la vida debido a su batalla continua contra las afecciones del COVID prolongado. En una entrevista con DailyMail, Tracey Thompson dijo: “Mi calidad de vida con esta enfermedad es prácticamente inexistente; no es una buena vida. No hago nada. Es tremendamente aburrido”. Según el New York Post, esta mujer de 55 años ha pasado casi 22 horas, todos los días, atrapada en la cama desde que contrajo la enfermedad del coronavirus, patología desconocida hasta ese minuto, cuando arrasó el mundo por primera vez en 2020. Además de sufrir varios síntomas que la han dejado incapaz de leer o incluso cocinar, Thompson ha estado viviendo miserablemente de la caridad de familiares y amigos, desde que perdió su trabajo poco después de dar positivo por COVID-19. Thompson, que alguna vez fue chef profesional, ha gastado los ahorros de toda su vida para pagar la comida, la vivienda y sus tratamientos médicos, que han resultado extremadamente costosos. Desde que dio positivo por COVID prolongado, a esta mujer de Toronto, también le han diagnosticado otras enfermedades como encefalomielitis miálgica, síndrome de fatiga y síndrome de activación de mastocitos, entre otras patologías.
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