En Chile, el cáncer gástrico sigue siendo la segunda neoplasia maligna o tumor con causa de muerte en hombres y la cuarta en mujeres. Si bien es una enfermedad que registra cifras de alta mortalidad, es una patología que, curiosamente, se puede sanar. Entonces, ¿por qué una enfermedad cobra tantas vidas, si su tratamiento es curativo? Para el patólogo y oncólogo del Hospital de La Serena, el doctor Javier Elorza, Jefe de la Unidad de Oncología del recinto de salud, la clave está en el diagnóstico temprano. “El 60% de los pacientes que se diagnostican con cáncer gástrico no se pueden operar porque se presentan con una enfermedad en etapa avanzada, esto significa que las células cancerígenas del estómago se han metatizado o diseminado a otros órganos del cuerpo y, por lo tanto, no es posible acceder al tratamiento quirúrgico curativo. En tanto, el 40% restante sí se puede operar, por eso es importante cambiar esta proporción, ya que mientras más pacientes lleguen sin metástasis, más personas se podrán operar y curarse de la enfermedad”, explicó Elorza. El especialista destaca que el cáncer gástrico presenta un historial que parte con lesiones muy iniciales, generalmente afectando la mucosa del estómago y se requieren muchos años para que dichas lesiones se transformen en una enfermedad cancerígena.
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