Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo
Este martes Uruguay oficializó como técnico de su selección de fútbol a Marcelo Bielsa. Técnico muy conocido por nosotros que nos sorprendió tanto por sus ideas dentro de la cancha como fuera de ella, las cuales conforman una especie de teoría filosófica del fútbol, la cual no creo que un uruguayo comparta.
Una de las más famosas frases de la filosofía de Bielsa es que “en cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados”. Esta frase que funciona en una charla de principios morales, en el fútbol al menos, no funciona.
El fútbol tiene reglas establecidas impartidas por un árbitro. Lo noble sería entonces respetar las reglas, pero esto conlleva un problema: en el fútbol las reglas se “estiran”. Si un delantero siente que es rozado por un defensa en el área, se dejará caer para conseguir un penal; si el árbitro no está viendo a un defensa, sujetará de la camiseta al delantero para conseguir que no se desmarque; así hay distintas “mañas” que repercuten en el resultado final de un partido. Si un equipo piensa en comportarse noblemente, será perjudicial para las aspiraciones de ganar porque el otro equipo continuará estirando las reglas dejando en clara posición de desventaja al equipo noble.
Esta discusión teórica, es posible comprobarla en la práctica porque Bielsa hizo realidad la frase de la nobleza de los recursos un 28 de abril de 2019. Leeds, equipo inglés en segunda división dirigido en ese entonces por Bielsa, necesitaba ganar un partido para ascender directamente de categoría; lo estaba consiguiendo con un gol que se produjo mientras un jugador del equipo rival estaba en el suelo pidiendo asistencia médica. Por las reglas del fútbol, sabemos que el árbitro es el único que puede detener el juego y como lo no detuvo fue un gol legítimo, pero los jugadores y técnico del equipo rival iniciaron reclamos sin fundamentos en el reglamento, intentando “estirar las reglas”. El árbitro, respetando las reglas no cedió, pero mientras tanto, a Bielsa no le pareció una “nobleza de recurso” hacer un gol con un rival caído y cuando se reanudó el partido, ordenó a sus jugadores que se dejaran hacer un gol como compensación. Así, el partido terminó empatado a un gol y finalmente Leeds no consiguió ascender ese año.
¿Es posible que aquello ocurriera en el estadio Centenario de Uruguay y los uruguayos lo acepten? En Leeds el club y los hinchas aceptaron esta insólita situación, que juzgada fríamente muy pocos podrían estar de acuerdo, pero que en el ardor de admiración que produce ser un Bielsista, fue considerada como el epítome de la idea de utilizar los recursos nobles.
Así va Bielsa por el mundo, dejando muchos valores para los hinchas, pero pocas copas para las vitrinas. Lo diametralmente opuesto que se pueda decir del futbol de Uruguay.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.
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