El café, después del agua, es la segunda bebida más consumida globalmente. Más allá de su sabor y su capacidad para despertarnos, la cafeína aporta beneficios a la salud. Estudios sugieren que altos niveles de cafeína en sangre pueden reducir la grasa corporal y disminuir el riesgo de diabetes tipo 2. Además, estimula la actividad cerebral, mejorando procesos cognitivos y memoria.
El café también contribuye a la salud cardíaca al estimular el sistema circulatorio con propiedades antioxidantes y vasodilatadoras. En la lucha contra los radicales libres, moléculas inestables vinculadas a enfermedades crónicas, el café fortalece el sistema inmunológico, reduciendo riesgos. Sus fitoquímicos y efectos antiinflamatorios pueden mejorar el estado de ánimo, disminuyendo la propensión a la depresión y controlando el estrés. Para los aficionados al ejercicio, consumir café 30 minutos antes puede mejorar la circulación, resistencia y tolerancia al dolor.
Un estudio en Portugal sugiere que el café puede ayudar a combatir la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Sin embargo, el consumo excesivo puede acarrear problemas como nerviosismo, ansiedad y dificultades para dormir. La intoxicación por cafeína está asociada al consumo concentrado en cortos períodos. Aunque es necesario tomar una cantidad extremadamente alta para ser letal, se recomienda limitar el consumo a 400 mg diarios (equivalente a cuatro tazas de 240 ml). Como en todo, la moderación es clave para disfrutar de los beneficios sin riesgos.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis