En el marco de la fusión entre los bancos Bice y Security, se han concretado las primeras desvinculaciones significativas fuera de los altos mandos, marcando una nueva fase en la reestructuración interna. Esta semana, aproximadamente 70 empleados de diversas áreas, como riesgos, recursos humanos, empresas, planificación y corporativo, recibieron notificaciones de cese. Algunos de estos trabajadores han dejado sus funciones de inmediato, mientras que otros continuarán hasta mediados de noviembre o fechas posteriores, en un proceso gradual y planificado. Paralelamente, se ha confirmado la continuidad de más de 350 empleados en ambas entidades, lo que refleja un enfoque equilibrado en la transición. Estas desvinculaciones representan alrededor del 2,5% del total de la fuerza laboral, que a julio sumaba 1.550 empleados en Bice y 1.277 en Security, según datos de la Comisión para el Mercado Financiero. La empresa ha mantenido una comunicación fluida con los afectados, asegurando que no habrá más despidos durante octubre, aunque podrían reanudarse a partir del 3 de noviembre. Cabe destacar que, tras negociaciones con sindicatos, se concedió una indemnización especial sin tope de años, aunque no se incluyó el incremento del 30% solicitado inicialmente. Este paso subraya los desafíos típicos en fusiones bancarias, donde la optimización de recursos y la gestión humana son clave para la sostenibilidad futura.
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