El Banco Central ha decidido, de manera unánime, reducir la tasa de interés de política monetaria en 25 puntos base, situándola en un 5%. Esta medida se alinea con las expectativas del mercado pero viene acompañada de advertencias sobre un panorama inflacionario complicado. Según el último Informe de Política Monetaria (IPoM), se espera que la inflación ronde el 5% durante el primer semestre de 2025, influenciada por presiones de costos aumentadas. A pesar de prever una trayectoria decreciente en la tasa de política monetaria a mediano plazo, la Comisión Nacional de Energía advierte sobre la necesidad de pausas en los próximos meses para acumular más datos económicos y evaluar adecuadamente la oportunidad de futuras reducciones. Adicionalmente, la entidad emisora ha señalado un balance de riesgos para la inflación inclinado al alza a corto plazo, lo que subraya la importancia de proceder con cautela. El informe también destaca que el consumo privado ha mostrado un débil dinamismo, mientras que la inversión refleja disparidades significativas entre sectores. Esta situación se agrava con un contexto de incertidumbre global, marcado por tensiones geopolíticas y fluctuaciones en los mercados financieros. Con estos desafíos en el horizonte, el Banco Central reafirma su compromiso de ajustar la política monetaria de manera flexible para asegurar que la inflación converja al objetivo del 3% en el plazo de dos años.
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