Ocho muertos (siete adultos y un niño), provocó el impacto de un avión de turismo que se dirigía a Cerdeña, sobre un edificio en Milán a pocos minutos del despegue. El recinto que estaba vacío, y que se usaba como estacionamiento de autos, se incendió inmediatamente después de que el avión se estrellara. Se presupone que las víctimas eran francesas, pero hasta el momento se desconoce las identidades.
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