Argentina ha dado un paso significativo en la modernización de su defensa nacional con la adquisición de 24 aviones de combate F-16 usados a Dinamarca, por un valor de 300 millones de dólares. Los primeros seis aviones ya han sido recibidos, marcando un hito tras décadas de obsolescencia en la Fuerza Aérea argentina. Estos cazas, que incluyen modelos monoplaza y biplaza, están destinados a misiones como defensa antiaérea, ataque marítimo y reconocimiento, buscando recuperar capacidades perdidas y fortalecer el control del espacio aéreo. El gobierno de Javier Milei, bajo el liderazgo del exministro Luis Petri, ha promovido esta compra con un enfoque simbólico, destacando su potencial para impulsar una ‘nueva era’ en la defensa nacional. Sin embargo, al analizar el contexto regional, Chile supera a Argentina en este ámbito desde hace casi dos décadas. La Fuerza Aérea de Chile opera una flota de 46 F-16, integrados en un sistema de defensa moderno que incluye tecnologías avanzadas como radares de largo alcance, misiles de alcance extendido y sistemas de contramedidas electrónicas. Esta consolidación posiciona a Chile como líder en capacidades aéreas en América Latina, mientras Argentina inicia un proceso de recuperación que se extenderá hasta 2028 con la entrega progresiva de los aviones restantes.
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