A seis días de las elecciones presidenciales, el debate de Anatel fue conceptualmente inferior al de Archi y solo subió de revoluciones cuando llegaba a su final. La tensión tocó techo cuando los candidatos tocaron temas como drogas, diversidad sexual, gestión sanitaria y pensiones. Con un ventilado Boric mostrándole un examen negativo a drogas con más de 40 días de antigüedad a un Kast cansino y descolocado, el encuentro dejó sabor a poco.
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