Un meteorito fue requisado por los agentes de la Aduana Argentina, a un jubilado que intentó introducir a través del paso internacional Agua Negra, en un automóvil con patente trasandina que ingresaba desde Chile. El hombre, de nacionalidad argentina, intentó ingresar el meteorito que pesaba unos 12,5 kilos y tenía unos 27 centímetros de largo, el que fue llevado a Buenos Aires para que fuera analizado por científicos del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), entidad que corroboró que se trataba efectivamente de una roca espacial, al constatar una proporción de elementos minerales que no existe en la tierra. La ley argentina señala que los meteoritos son bienes culturales, y está prohibido su importación, exportación y transferencia ilícita.
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