El inicio de un nuevo ciclo escolar trae consigo cambios y expectativas que pueden generar estrés y ansiedad en muchos estudiantes. Adaptarse a nuevas rutinas, exigencias académicas y dinámicas sociales puede influir en la salud, bienestar emocional y desempeño. Sin embargo, con estrategias adecuadas, es posible gestionarlas de manera saludable y positiva. “El nivel de ansiedad que experimentan los estudiantes al inicio del año escolar varía según su edad, vivencias previas y grado de preparación”, explica Claudio Barrales, psicólogo clínico y profesor en Superprof. Para evitar que la ansiedad interfiera con el equilibrio emocional y el rendimiento escolar, el especialista destaca la importancia de adoptar hábitos saludables, como: Preparación previa. Hay que contar con los materiales necesarios, conocer el horario escolar y visitar la institución antes del inicio de clases, puede disminuir la incertidumbre. Comunicación abierta: Expresar miedos y expectativas ayuda a reducir la preocupación. Planificación y organización: Establecer un calendario equilibrado entre estudio y ocio evita el estrés. Técnicas de relajación: La respiración profunda, el mindfulness y la actividad física son herramientas eficaces para gestionar la ansiedad. Hábitos y rutinas: Mantener una estructura diaria estable facilita la adaptación y reduce el impacto del cambio. Regulación del sueño: Restablecer rutina de descanso, ayuda a adaptarse al nuevo ritmo. Todo ello, ayuda a reducir el temor al cambio, afirma el especialista.
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