Sebastián Fuentes Barraza
sociólogo.
Cuando se publican avisos de trabajo, aparecen los requisitos para el cargo, y a veces, un detallado perfil de competencias laborales que el postulante debe cumplir. Si todos los trabajos fueran iguales, sería correcto preguntarse ¿cuáles son los requisitos que deben cumplir los políticos? Pero sería una pregunta inocente, porque la respuesta es ninguno. Hace unos días en un programa de internet, un tal “cogollo” Larraín, decía que se postulaba a alcalde “para demostrar que cualquier huevón puede serlo”, dejando atónitos a los presentes porque, efectivamente, cualquier huevón puede serlo.
Para evidenciar la falta de seriedad, se puede recordar el periplo laboral de Beatriz Sánchez desde que dejó de ejercer de periodista y pasó a ser política: primero consideró que podía ser presidenta de un país y estuvo cerca de serlo, luego consideró que podía ser una constitucionalista y logró serlo, finalmente consideró que podía ser diplomática, y hoy es embajadora en México. Mañana quien sabe, la Bea podría tener tantas ocupaciones como cargos políticos existan. Blaise Pascal decía sobre Platón y Aristóteles, que si escribieron sobre política era como para poner orden en una casa de locos.
Así las cosas, no hay que desgastarse en cuestionar las capacidades de Carolina Tohá y Manuel Monsalve para liderar la seguridad pública del país; pero ya estando ellos allí, cuestionemos los resultados: cuando el gobierno de Gabriel Boric asumió, había una tasa de 4,6 homicidios cada 100.000 habitantes; en su primer año de gobierno, la tasa subió a 6,7, en el segundo año bajó levemente a 6,3, aún muy por encima del 4,6 inicial. Si quienes dirigen el país no tienen requisitos para hacerlo, ¿al menos se conocen los límites de una mala gestión?, ¿importa la cantidad de homicidios o importa el efecto político de quitar de sus cargos a los responsables de una mala gestión?
Este jueves se vota una acusación constitucional a la ministra Tohá con el objetivo que sea destituida, pero cómo se resuelven estas instancias es conocido. El ex general de carabineros, Ricardo Yáñez, hizo un adelanto del juego semántico con que se maniobra, dijo: “en este gobierno, se ocuparon de todas las deficiencias y falencias que tenía la institución (de carabineros)” y “se dieron cuenta de la realidad criminal que estaban enfrentando países como Colombia, adelantándonos a estos fenómenos”. El presidente Boric dijo: ¿cómo van a contradecir las declaraciones del ex general? Cerrando septiembre, ya había 700 homicidios y faltando 3 meses para que acabe el año, no parece posible volver a la tasa inicial de 4,6. Los indicadores no respaldan al ex general Yáñez, pero en la casa de los políticos, importan más las palabras.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.
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