La Fiscalía Regional Metropolitana Occidente ejecutó la «Operación Apocalipsis», un operativo anticorrupción de alcance nacional que representa uno de los golpes más significativos contra la delincuencia organizada en el sistema penitenciario chileno. Coordinado simultáneamente en siete regiones, incluyendo la Metropolitana, Maule y Bío Bío, el despliegue abarcó nueve cárceles y decenas de domicilios, movilizando a 690 funcionarios de la PDI y Gendarmería. La investigación, basada en 77 órdenes de detención, implicó a 42 gendarmes y 35 civiles, desarticulando una estructura criminal que movilizó más de 6.300 millones de pesos en tres años desde los centros penitenciarios Santiago 1 y San Joaquín. Según fuentes oficiales, se identificó un ecosistema delictual consolidado, donde sobornos, tráfico de objetos prohibidos y acceso ilegal de visitas operaban bajo esquemas empresariales como «Las Manillas», «Delivery» y «Feria». Estos sistemas permitían el ingreso clandestino de teléfonos, drogas y otros artículos, vulnerando controles de seguridad de alto estándar. La fiscalía empleó técnicas avanzadas como escuchas telefónicas y análisis bancarios para mapear la red, evidenciando la colusión entre funcionarios públicos, internos y redes externas. Este operativo marca un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción institucional, reforzando la necesidad de auditorías continuas y reformas en la gestión penitenciaria para prevenir la reaparición de tales esquemas.
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