La tensión en el Caribe se ha intensificado recientemente tras la emisión de una advertencia por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, alertando sobre riesgos significativos al volar sobre Venezuela debido al deterioro de la situación de seguridad y al aumento de la actividad militar en la región. Esta alerta, vigente desde el 21 de noviembre de 2025 hasta el 19 de febrero de 2026, ha llevado a aerolíneas internacionales como Iberia, TAP Air Portugal, Gol y Avianca a cancelar o reprogramar vuelos hacia el país, citando la falta de garantías de seguridad en el espacio aéreo venezolano. Paralelamente, se ha registrado un despliegue militar estadounidense sin precedentes en la zona, con buques de guerra posicionados estratégicamente cerca de las costas venezolanas, lo que según análisis del New York Times sugiere una campaña de presión más que operaciones antidrogas. Este contexto se enmarca en esfuerzos más amplios de Washington para abordar el narcotráfico y la inestabilidad política, incluyendo designaciones de organizaciones terroristas y recompensas millonarias por figuras clave del régimen de Maduro, elevando las preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto en la región.
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