Una de las cosas más sustanciales de la actual carrera presidencial de Marco Enríquez Ominami ha sido el descontrol. En el primer debate televisivo y bajo una muy mala estrategia, se dedicó a atacar de manera muy fuerte a la candidata Jeannete Jara, tratándola de “ministra” constantemente para aminorar su independencia con el actual gobierno del presidente Gabriel Boric.
Luego de lo expuesto, es invitado a un matinal, donde ante la interpelación de la periodista Monserrat Álvarez por su baja puntuación en las encuestas electorales, le responde de muy mala forma de que su programa no lo ve nadie y él no la crítica por aquello. Esa regular virulencia de MEO se ha convertido en una constante. Se le ve descolocado, como fuera de foco, como que ha ido perdiendo sus atributos de gran orador y manejador de los medios televisivos.
Ahora pasemos al caso SQM. Los involucrados en dicho litigio, fueron liberados, luego de un largo proceso investigativo. Frente a esto, MEO (también implicado por si no lo sabían), sacó su rabia contenida y comenzó a cobrar sentimientos a distintas personas que no reconocen su inocencia frente a lo sucedido. Uno de ellos fue el candidato Harold MayneNicholls (esto producido en el último debate televisivo), quién fue acusado de no llamarlo para felicitarlo por su absolución, siendo que cuando falleció la madre del ex presidente de la ANFP, MEO lo había llamado para darle sus condolencias.
Finalmente decir que no creo que la liberación de MEO del caso SQM y su posterior victimización mediática le traiga beneficios en la carrera presidencial. Quedará en los libros, que se ha presentado cinco veces y no me parecería raro, que pueda ir por una sexta vez al sillón presidencial, esto, para seguir en los anales del candidato con más presencia en las carreras presidenciales en Chile.
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