En el tramo decisivo de la campaña presidencial chilena, las diferencias estratégicas entre el presidente Gabriel Boric y la candidata oficialista Jeannette Jara han generado fricciones significativas. Recientemente, durante la promulgación de una ley que beneficia a los recolectores de basura, Boric aprovechó para criticar al candidato opositor José Antonio Kast, enfatizando la importancia de un gobierno que garantice derechos laborales. Este acto, del que Jara fue excluida por razones políticas, subraya la desconexión entre el mandatario y la campaña de su exministra. Tras la ceremonia, los representantes del gremio visitaron a Jara para agradecerle su rol en la legislación, lo que inicialmente pareció un día positivo para su comando. Sin embargo, las declaraciones de Boric, que constituyen su tercera crítica directa a Kast en menos de un mes, desviaron la atención mediática y colocaron a Jara en un segundo plano. Según fuentes cercanas, esto refleja una falta de coordinación formal entre La Moneda y el equipo de campaña, a pesar de existir canales informales de comunicación. Los voceros de Jara, como el senador Ricardo Lagos Weber, han expresado que estas intervenciones generan ruido comunicacional y distraen de la gestión gubernamental, comparándolas con un «abrazo del oso».
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