En los cruces fronterizos más activos de la cordillera, se ha registrado un notable incremento en el flujo de vehículos argentinos hacia Chile durante este año. Las estadísticas indican un aumento del 50% en comparación con 2024 y más del 150% frente a 2023, reflejando una tendencia al alza en el turismo transfronterizo. Paralelamente, las compras realizadas con tarjetas de crédito argentinas en territorio chileno se han disparado en un 438%, lo que subraya un impacto económico sustancial. Este fenómeno se produce en un contexto donde el gobierno argentino, liderado por Javier Milei, enfrenta una apremiante necesidad de divisas extranjeras para estabilizar su economía. La fuga de dólares a través del consumo en Chile podría agravar las tensiones cambiarias y afectar las reservas internacionales de Argentina, mientras que Chile se beneficia de un impulso en el comercio minorista y servicios. Analistas señalan que este patrón de gasto podría influir en las relaciones bilaterales y en las políticas económicas de ambos países, requiriendo un monitoreo cuidadoso de las autoridades para mitigar posibles desequilibrios.
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