Un informe del Observatorio del Crimen Organizado y Terrorismo (OCRIT) de la Universidad Andrés Bello reveló un explosivo aumento de la criminalidad en las cárceles chilenas entre 2015 y 2024. Mientras los homicidios intramuros bajaron un 14% y los sobornos cayeron un 49%, las extorsiones crecieron un 5.100%, las incautaciones de drogas se dispararon un 1.205% y las amenazas subieron un 279%, con especial impacto en cárceles femeninas. En total, se registraron más de 33 mil decomisos de droga en la última década, siendo el penal de Alto Hospicio el que concentró la mayor cantidad. El estudio advierte que las cárceles dejaron de ser espacios de encierro para convertirse en territorios donde operan estructuras del crimen organizado que buscan imponer gobernanza criminal. Pablo Urquízar, coordinador del OCRIT, subrayó que estas cifras no responden a incidentes aislados, sino a redes que extienden su influencia hacia el exterior, desafiando la autoridad del Estado. El informe recomienda modernizar la gestión penitenciaria, reforzar inteligencia y contrainteligencia, rotar estratégicamente al personal y coordinar la política carcelaria con la seguridad pública nacional.
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