La industria cervecera alemana, históricamente robusta, enfrenta una crisis sin precedentes debido a cambios generacionales en los hábitos de consumo. Lang-Brau, una cervecería con 172 años de historia que sobrevivió a guerras mundiales y cambios políticos, ha anunciado su cierre definitivo. Este hecho simboliza una tendencia alarmante: la Generación Z consume significativamente menos alcohol que sus predecesores. Factores como la inflación, el aumento de los costes energéticos y una mayor conciencia sobre los riesgos del alcohol han contribuido a esta situación. En Alemania, el consumo per cápita de cerveza ha caído de 126 litros en 2000 a 88 litros actualmente. Aunque la producción de cerveza sin alcohol ha crecido, no compensa la disminución general. Holger Eichle, de la Asociación Alemana de Cerveceros, advierte sobre el preocupante futuro del sector. Esta tendencia no es exclusiva de Alemania; se observa en toda Europa y EE.UU., donde los jóvenes priorizan estilos de vida saludables. Las pequeñas cervecerías, incapaces de adaptarse a los altos costes de producir cerveza sin alcohol, son las más afectadas. El mercado, ahora saturado, deja poco espacio para competir con las grandes marcas.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis