Situado en lo más alto del Cerro Pachón, en la región de Coquimbo, el Observatorio Vera Rubin -bautizado así por la astrónoma estadounidense pionera en la entrega de pruebas de la existencia de la materia oscura-, reveló este lunes sus primeras imágenes. Ellas permitirán estudiar, por primera vez en tiempo real, explosiones de supernovas, agujeros negros supermasivos, estrellas variables, asteroides y cometas, entre otros, todo gracias a un sensor con 3.200 megapíxeles, que lo convierte en la cámara digital más grande del mundo. El desafío ahora, aseguran los especialistas, será analizar cada uno de los datos que entregue este nuevo observatorio, porque, según Francisco Förster, académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile e investigador principal de Aprendizaje Automático para la Clasificación Rápida de Eventos (ALeRCE), “en una noche son del orden de 10 millones de notificaciones que equivale, más o menos, al inbox de 83.000 personas, es imposible que nos pongamos a ver cada una de esas notificaciones”, afirma el astrónomo. “Necesitamos herramientas automáticas que usen procesamiento masivo de datos, inteligencia artificial para poder gestionar ese gran volumen de datos. Entonces, para eso se están construyendo siete brokers, que son agentes intermediarios que se seleccionaron en 2021 después de un concurso. Son tres en Estados Unidos, tres en Europa y ALeRCE en Chile”, detalla Förster.
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