Más de 30.000 intentos de cruzar la frontera polaca-bielorusa por parte de los migrantes de Irak y Siria, tensa la frágil relación bielorusa con Polonia y la Unión Europea. La situación se hace más compleja dada la nula colaboración del gobierno de Minsk en detener la migración, con un dejo a revancha por la falta de reconocimiento al gobierno de Alexandr Lukashenko, líder prosoviético, en las elecciones de agosto 2020.
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