La reciente ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza, denominada “Carros de Gedeón”, ha provocado una inédita condena por parte de aliados históricos como Reino Unido, Francia y Canadá. La operación, que incluye bombardeos intensos y una ofensiva terrestre, ha dejado miles de muertos y ha generado alarma mundial ante el colapso humanitario. La ONU advirtió que 14.000 bebés podrían morir en 48 horas si no se permite la entrada de ayuda, mientras organizaciones humanitarias denuncian que solo una mínima cantidad de camiones con insumos ha sido autorizada a cruzar. La respuesta internacional incluye amenazas de represalias diplomáticas y la suspensión de negociaciones comerciales con Israel. La operación militar también ha provocado críticas dentro de Israel, donde figuras de la oposición y organizaciones civiles denuncian lo que consideran un genocidio en curso. Mientras el gobierno de Benjamin Netanyahu insiste en su derecho a combatir a Hamás y asegura que la ayuda humanitaria podría ser desviada por el grupo islamista, las imágenes de niños desnutridos y hospitales colapsados han intensificado la presión global. La Corte Penal Internacional mantiene una orden de arresto contra Netanyahu por crímenes de guerra, y cada vez más voces exigen un alto al fuego inmediato ante la magnitud del sufrimiento civil en Gaza.
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