¿Parafina, gas o electricidad?

Con la llegada del invierno, muchas familias en Chile se preparan para combatir el frío con diversos sistemas de calefacción, pero en medio de precios al alza, subsidios escasos y realidades regionales muy dispares, la pregunta que se repite en miles de hogares es: ¿Qué tipo de estufa me conviene más?
Para responder esta incognita hay que conocer las tres opciones más comunes: parafina, gas licuado (GLP) y electricidad, evaluando su costo, eficiencia, seguridad y adecuación al uso diario.
El factor clave es el costo por kilowatt-hora (kWh) útil. Entonces, lo primero es entender cuánto calor (energía útil) entrega cada fuente y a qué precio. En energía, el costo por kWh útil nos da una medida estándar para comparar. Un litro de parafina entrega 9,8 kWh (con eficiencia del 85%), mientras que un kilogramo de gas licuado entrega 12,8 kWh (con eficiencia del 90%). Por otra parte, la electricidad se considera cercana al 100% en su eficiencia.

Considerando estos valores, la parafina es actualmente la opción más económica por kWh útil, seguida por el gas y luego por la electricidad. No obstante, esta ventaja debe evaluarse junto a varios factores importantes.
Generando otro tipo de comparativa, tenemos que las estufas eléctricas son más seguras y silenciosas, pero con menor potencia y mayor costo energético. Las estufas a gas son potentes y prácticas, aunque emiten gases y requieren buena ventilación. Finalmente, las estufas a parafina son una opción económica, pero demandan recarga frecuente y ventilación adecuada.
Los precios también varían según la región. Por ejemplo, el precio promedio del kWh eléctrico puede ir desde $108 en zonas del Maule, hasta $274 en comunas como Til Til. En contraste, el litro de parafina se mantiene en torno a $1.045 en la Región Metropolitana, con pequeñas variaciones que se pueden conocer en las páginas oficiales.
Frente a un invierno que promete ser intenso, elegir bien tu sistema de calefacción puede marcar una gran diferencia en tu bolsillo. La parafina sigue siendo la opción más conveniente en términos de costo por calor generado, pero requiere cuidados en su uso. El gas también ofrece un buen rendimiento, mientras que la electricidad destaca por su seguridad y facilidad de uso, especialmente en espacios pequeños.

Lo importante es considerar no solo el precio por kWh, sino también el contexto de tu hogar, como ventilación, presupuesto inicial, seguridad y tamaño del espacio.
Se vienen tiempos difíciles, de mucho frío y el calor eficiente también es calidad de vida.