Chile, un líder en generación de energía renovable gracias a la abundante radiación solar del desierto de Atacama y los vientos consistentes de la Patagonia, enfrenta un desafío significativo debido al desperdicio energético en su sistema eléctrico. La directora ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Ana Lía Rojas, reveló que en 2024, el vertimiento de energía excedió la nueva energía solar inyectada al sistema, con más de 5,900 gigavatios hora (GWh) desperdiciados, lo que podría haber abastecido a 2.190.000 hogares chilenos. Este exceso, que representó el 20% de toda la generación eólica y solar del año, impidió que la participación de renovables alcanzara un 47% en la matriz energética, manteniéndose en un 40%. La problemática se agrava por una infraestructura de transmisión insuficiente y desfasada que no acompaña el rápido crecimiento de las instalaciones de energía renovable, especialmente en el norte de Chile. Estefanía González de Greenpeace Chile criticó la falta de planificación territorial que permita una distribución eficiente de la energía generada. Frente a estos cuellos de botella, expertos como Dasla Pando, del Centro de Energía de la Universidad de Chile, sugieren la instalación de sistemas de almacenamiento de baterías junto a las plantas renovables para conservar la energía excedente y distribuirla cuando sea posible su evacuación. Además, se hace un llamado a actualizar las operaciones del Coordinador Eléctrico Nacional para adaptarlas a la variabilidad de los recursos renovables y optimizar su integración en la red.
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