El Ministerio de Hacienda ha anunciado una nueva propuesta para reformar el sistema de impuestos a la renta en Chile, dirigida principalmente a las grandes empresas. Bajo el nuevo esquema, las empresas más grandes serán parte de un régimen general con una tasa de impuesto de primera categoría que se reducirá del 27% actual al 25%. Además, se introducirá una tasa de impuesto del 16% para los propietarios al momento de la distribución de dividendos, aplicable solo en casos de retiros de accionistas, no entre empresas asociadas. También se impondrá un impuesto del 4% en la primera distribución de utilidades, lo que establece una tasa total de impuestos sobre las utilidades en 39,5%, comparada con el 44,5% anterior. Esta reforma tributaria ha sido recibida con cautela por expertos del sector, quienes argumentan que aún faltan detalles críticos por conocer y que las modificaciones pueden no ser suficientes para incentivar significativamente la inversión. Hugo Hurtado de Deloitte y otros expertos señalan que, aunque la reducción en la tasa corporativa es un paso en la dirección correcta, la introducción del impuesto del 4% a las distribuciones puede limitar los beneficios de esta reducción en grandes conglomerados empresariales que distribuyen regularmente utilidades. Así, el esquema propuesto por el gobierno apunta a simplificar y aliviar la carga tributaria de las grandes empresas, pero su eficacia para cambiar las decisiones de inversión sigue siendo incierta.
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