Junto con la llegada del verano, las vacaciones en casas de campo, camping o picnics se presentan como la oportunidad perfecta para disfrutar de la naturaleza, el buen clima y el aire libre. Sin embargo, este panorama puede volverse riesgoso si no se toman las precauciones adecuadas para evitar el contagio de uno de los virus más peligrosos y comunes en estos entornos: el Hanta. El riesgo de contagio es elevado, ya que basta un simple contacto -directo o indirecto- con la saliva, la orina o los excrementos de roedores de cola larga infectados, para desencadenar la enfermedad. Los ambientes urbanos o rurales con abundante vegetación, como hierbas, granos y frutos silvestres, son especialmente peligrosos, ya que atraen a los roedores. Por ello, los principales focos de riesgo se encuentran en las zonas rurales entre las III y XI región. En este contexto, Rafael Borgoño, Director Médico de Mutual de Seguridad, explica que la prevención es clave para reducir el riesgo de contagio, especialmente en personas que pasan tiempo al aire libre. Sobre la gravedad en caso de infección, Borgoño señala: “Los pacientes que desarrollan síndrome cardiopulmonar debido al hantavirus requieren de atención médica intensiva, donde se debe proporcionar asistencia respiratoria mecánica. Si no se identifica a tiempo, esta enfermedad puede resultar fatal”.
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