Cuando recién transcurren apenas cuatro días del inicio de la COP 29, todavía se respira el gran desacuerdo entre el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres y el Presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, hecho que marcó la jornada de apertura de la Conferencia sobre el Cambio Climático, en Bayú. El Presidente Aliyev defendió el uso de combustibles fósiles, debido a que la empresa estatal de petróleo SOCAR, le entrega importantes ingresos al gobierno anfitrión. El mandatario local calificó a los recursos petrolíferos de su país, como “un regalo de Dios” y agregó «no se debe culpar a los Estados por tenerlos, ni por llevarlos al mercado. La gente los necesita.» Por su parte, el Secretario General de la ONU, criticó la defensa de la producción de petróleo, y señaló “El sonido que se escucha es el tictac del reloj. Estamos en la cuenta regresiva final para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius y el tiempo no está de nuestra parte”. La cumbre no cuenta con la participación de los países que más contribuyen a contaminar el planeta, como son Estados Unidos, China, India e Indonesia. Un esperanzado Guterres comentó que “la revolución de la energía limpia está aquí. Ningún grupo, ninguna empresa, ningún gobierno puede detenerla”.
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