Chile, al igual que muchos países en todo el mundo, está experimentando una marcada disminución en sus tasas de natalidad, un fenómeno que se ha extendido de forma constante durante décadas. Desde 1960, cuando la tasa de natalidad era del 35%, ha caído a solo un 12% en 2022, con una notable reducción del 20.9% en agosto de 2024. Factores como la preferencia por tener hijos a edades más avanzadas, un incremento en la infertilidad y un mayor acceso a métodos anticonceptivos están contribuyendo a este descenso. Este cambio en el paradigma de la maternidad y la familia plantea desafíos significativos para el futuro demográfico y socioeconómico de la nación. A nivel internacional, algunos países han comenzado a implementar medidas pro-natalidad para contrarrestar la baja fecundidad, como los bonos para bebés en Singapur y los préstamos sin interés en Hungría para padres que tienen tres o más hijos en cinco años. Sin embargo, en Chile, la caída sostenida de la natalidad implica un futuro donde predominará una población de adultos mayores, poniendo presión sobre las estructuras sociales y económicas del país. Este fenómeno global de disminución de la natalidad está obligando a las naciones a repensar cómo funcionan sus sociedades y a adaptarse a un mundo con menos jóvenes.
Suscríbete al boletín:
Suscribete Gratis