Desde marzo de este año, cuando el bitcoin alcanzó un precio casi récord de US$74.000, la criptomoneda ha mostrado fluctuaciones significativas, descendiéndolas a US$54,000 en agosto y recientemente escalando hacia los US$70,000. Estos movimientos han generado un renovado interés en el mercado. Los analistas son optimistas sobre el cierre del año, anticipando posibles nuevos máximos impulsados por un ambiente macroeconómico favorable con tasas de interés decrecientes y aumento de la liquidez global. Este entorno se ve reforzado por las próximas elecciones en Estados Unidos, donde los candidatos Donald Trump y Kamala Harris han integrado las criptomonedas en sus plataformas políticas. Trump ha lanzado su propia criptomoneda y ha demostrado un apoyo directo al bitcoin, mientras que Harris propone un marco regulatorio para criptomonedas, abordando así el escepticismo de algunos sectores. Los expertos sugieren que la elección podría resultar en una mayor estabilidad y crecimiento para bitcoin, especialmente si Trump resulta electo, dada su postura favorable hacia las criptomonedas. A medida que se acercan las elecciones, se espera que la volatilidad aumente, pero históricamente, post-elecciones, el bitcoin ha mostrado tendencias alcistas. Este año, ambos candidatos muestran una postura positiva que podría impulsar aún más a la industria cripto en Estados Unidos, configurando un entorno regulatorio favorable y potencialmente, haciendo del bitcoin un activo de refugio más consolidado.
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