18 de septiembre: ¿perdiendo nuestra identidad? | Publimicro

18 de septiembre: ¿perdiendo nuestra identidad?


Sebastián Fuentes Barraza
Sociólogo.

Hace unos días, se hizo viral un video de un grupo de adolescentes colombianos bailando en un liceo de Antofagasta, bailaban algo que sonaba similar a un reguetón, y lo hacían en medio de las actividades de fiestas patrias. El video subido a la web por uno de los bailarines, iba acompañado por un texto que decía: “somos mucho ambiente para un liceo que no quiere extranjeros”. Como se ve, lejos de agradecer al liceo por el espacio brindado, el texto es desafiante y confrontador; el video y las polémicas reacciones, son el trofeo y la evidencia de lo que han conseguido.

Dicho sea de paso, dudo que no quieran extranjeros en ese liceo si les permiten realizar bailes ajenos a los de la cultura nacional, al contrario, si están dispuestos a acondicionar una fiesta patria para que sea del agrado de extranjeros, los deben querer mucho; y con lo bonito que es el 18 de septiembre, hubiera sido conveniente para esos alumnos enseñarles a disfrutarlo conociendo la cultura del país que los acoge. Si estuviéramos en Estados Unidos un 4 de julio, ¿se nos pasaría por la cabeza exigir bailar un pie de cueca? Primero, sería una falta de respeto solicitarlo, teniendo los otros 364 días para poder hacerlo; segundo, no creo que los estadounidenses lo permitieran.

Por eso, si abordo esta noticia menor, no es por los alumnos, es por las autoridades del colegio. ¿Hasta dónde son capaces de transigir? ¿Ceden nuestra identidad en una fecha tan conmemorativa? Si bien es cierto que la misma música suena también en ramadas y fiestas, en escuelas y liceos se cultivan los valores y tradiciones propias. No se necesita de argumentaciones complejas para sostener esta postura, baste decir que en una fiesta nacional se inculque la cultura nacional es de puro sentido común. En nuestro país ya existieron muchos movimientos migratorios, pero nunca se habían impuesto bailes de otros países en fiestas patrias, nunca se vio a estudiantes descendientes de italianos exigiendo una tarantella ni a españoles un flamenco.

¿Será que ya no están firmes los principios nacionales o esto es parte de un proceso de repliegue mayor?
Como sea, que no se enmarquen estas palabras en el chauvinismo, sino en el cariño a la única semana en que evocamos lo nuestro y fortalecemos el arraigo a nuestra historia, cultura y folclore. Que tampoco se enmarquen estas palabras en las grandilocuentes agitaciones nacionalistas, sino en comulgar con lo que Chesterton escribió de uno de sus personajes más entrañables, Adam Wayne: “conoció, con el delicioso rubor de un amante, que el principal aspecto psicológico del patriotismo reside en el hecho de que éste nunca se jacta de la grandeza de su país, sino siempre, y necesariamente, de su insignificancia”.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Publimicro.

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