Tranquilos pueden estar los pequeños productores vitivinícolas del Maule, Ñuble y Bio Bío, en relación a la producción del Pipeño, brebaje característico de esas regiones. “Lejos de perjudicar a los pequeños viñateros, esta medida está diseñada específicamente para apoyarlos. El Pipeño, al ser categorizado como una bebida alcohólica única, solo puede ser producido y comercializado por miembros de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) y cooperativas integradas por ellos. Esta exclusividad garantiza que el valor cultural y territorial de dicha bebida, sea preservado y que los pequeños productores puedan competir en el mercado con un producto que refleja su herencia y tradiciones”, sostuvo José Guajardo R., Director Nacional del SAG. La normativa sólo pretende diferenciar a este parcialmente fermentado de uva, con contenido de azúcar residual, que le da dulzor natural y una graduación alcohólica inferior a los 11,5 grados del “Vino Pipeño”, sujeto a la normativa de vinos con una graduación mínima de 11,5 grados de alcohol. En síntesis, tanto el vino pipeño como el pipeño, pueden coexistir en el mercado. Este último puede ser etiquetado indicando su lugar de origen, resaltando su autenticidad.
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