Tras prolongar durante 24 días la decisión de renunciar a su candidatura, debido a sus evidentes problemas seniles, finalmente este domingo, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, debió ceder a la presión mediática y de su propio partido, dando finalmente un paso al costado en la carrera presidencial, dejando que otro ocupe su lugar por los demócratas, en la batalla final contra Donal Trump. El primer indicio de la caída política apareció en los medios más prestigiosos de Estados Unidos. El New York Times, Washington Post y Wall Street Journal plantearon en sus páginas que Biden debía dar un paso al costado. Esa posición editorial -rescatando su figura política- tiñó a todos los medios del país y estableció una corriente de opinión que no pudo aplacar la Casa Blanca. Tras su pésima actuación en el debate presidencial, donde se le vio muy dubitativo, con un lenguaje confuso y fuera de lugar, sin duda El atentado contra Trump fue un punto de inflexión para la carrera de Biden. Tras sobrevivir el candidato republicano al magnicidio, la escena donde se le ve herido en su oreja derecha y levantando el puño en alto, fue el inicio del fin para Biden. Ahora el octogenario mandatario, debió entregar su apoyo a Kamala Harris, su vicepresidenta, quién ha anunciado que se postulará, pero debe espera la confirmación del propio partido.
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