La descomposición de la buena imagen que por décadas marcó a Carabineros de Chile entre la población civil, hoy marcada por hechos delictuales, llevaron a que su promesa de ser “del débil el protector”, no sólo se convirtieran en efímeras palabras que se lleva el viento, sino que además mermara profundamente el interés de los jóvenes por pertenecer a sus filas. Como el ave fénix, la institución requiere de un esfuerzo superior y sincero para renacer de los residuos de unas cenizas tan alejadas de los valores probos y estables con la cual fue fundada.
Las cifras no mienten. De los 18.871 jóvenes que aspiraron a entrar a la Escuela de Carabineros en 2015, a los primeros días de agosto de 2021, sólo lo han hecho 2.154, es decir hubo un dramático descenso de 88,59% de las postulaciones, realidad que preocupa de sobremanera al alto mando de la institución y que refleja el alto grado de desprestigio que hoy la afecta.
Hechos como los desfalcos, montajes como “la Operación Huracán”, corrupción, malversación de fondos públicos (Pacogate) y las violaciones a los derechos humanos producidos durante el estallido social de octubre del 2019, mancharon profundamente la imagen de la institución a niveles inimaginables. Ellos calaron tan hondo en la Opinión Pública, que produjeron una herida tremenda en la aprobación ciudadana a Carabineros, hasta ahora muy dificil de sanar.
Según el jefe del Departamento de Reclutamiento y Selección de la policia uniformada, coronel Gonzalo Araya, este gigantesco desinterés de los chilenos por vestir el verde uniforme, se explicaría no tan sólo por los hechos coyunturales que han friccionado su imagen, sino además por los confinamientos propios de la pandemia del Covid que practicamente ha tenido paralizado al país por más de un año y medio.
Intentando revertir esta realidad, el Alto Mando ha tomado cartas en el asunto y junto al Gobierno está diseñando cambios sustanciales no sólo en la imagen de la institución, sino además en la propias políticas de reclutamiento que, adaptadas a los nuevos tiempos, debiera reencantar a la población con la promesa de vocación de servicio plena a la comunidad, misma que hoy se encuentra al borde del precipicio.
Aumento de sueldos, asistencia jurídica en caso de necesitarse, destrabe de ascensos hacia puestos de mayor rango y una extensión de la carrera funcionaria, son parte de los nuevos cambios que La Moneda y Carabineros pretende darle a la institución, de tal forma de poder volver a generar un lazo indisoluble con las generaciones más jóvenes, que por décadas vistieron el uniforme de las carabinas cruzadas
En ese intento de volver a “refundar” Carabineros, su General Director, Ricardo Yáñez, sostiene que lo importante no es el número de postulantes, sino “que queden los mejores”. Es por ello que uno de los objetivos que se han propuesto en este nuevo escenario, es potenciar el respeto irrestricto a los Derechos Humanos, de género, discernimiento ético, transparencia y muchos otros valores que -sin duda- se habían perdido.
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