La cantante estadounidense Taylor Swift fue elegida como la Persona del Año por la revista Time, en su esperada lista anual, posicionándose por encima de los otros candidatos, como el presidente chino Xi Jinping, la muñeca Barbie o el gurú de la Inteligencia Artificial Sam Altman. Un día después de haber recibido el premio, muchos comenzaron a cuestionar la decisión de porqué una artista que sólo ha aportado al mundo momentos efímeros de entretención fugaz, podría ser más importante que estadistas, científicos, símbolos de una era. Para los “swifties” o fans de la cantante de 33 años, los méritos para haber recibido la nominación, son de perogrullo y avalan en su casi dos décadas en los escenarios. En ello coinciden los grandes medios de comunicación, que no ahorran comentarios para posicionarla en lo más alto de la industria de la entretención. “Los logros de Swift como artista, tanto culturalmente y comercialmente como en la crítica son tan abundantes que contarlos es casi tarea inútil», dice la revista Time, y compara a la estrella del pop actual con Elvis Presley, Madonna o Michael Jackson en el escenario, mientras que como compositora, la equipara a gigantes como Bob Dylan, Paul McCartney o Joni Mitchell.
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