El costo de la vida para los argentinos, se ha vuelto un verdadero infierno. Así lo asegura el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), quién señala que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 12,4% en agosto, registrando su nivel más alto desde febrero de 1991, cuando se elevó en 27%. El hecho, además está impulsado por la devaluación del 22% que el Gobierno del presidente peronista Alberto Fernández pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha llevado a que los argentinos sufran la peor inflación en 30 años. Solo Venezuela exhibe en la región, indicadores más desalentadores (422% en los últimos 12 meses). El IPC de agosto fue impulsado por el alza en los precios de los alimentos (15,6%), el rubro que más impacta en la pobreza, que azota al 40% de la población. El kilo de carne cuesta hoy 32% más que en julio, el tomate, un 31%. Pero también subieron los precios de las cuotas de los seguros médicos y los medicamentos (15%) y los electrodomésticos (14%). Si ya el panorama es sombrío, a ello se suman los pronósticos que aseguran que en septiembre, la inflación será aún más grande para los bolsillos trasandinos, haciéndolos cada vez más pobres.
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