Durante esta semana que terminó, los fantasmas del estallido social de octubre de 2019, volvieron a perturbar a los chilenos. En especial luego de varios días en que estudiantes secundarios evadieron el Metro. Pero en la jornada del viernes 25 se llegó al paroxismo con la destrucción -en especial en la estación República- de torniquetes, validadores y un ascensor. El Gobierno, salió al paso de los estudiantes, señalando que este servicio sirve a miles de personas que en forma diaria se trasladan en él, y que era inaceptable su destrucción. Por lo mismo, la Bancada de diputados y diputadas de Renovación Nacional, decidió oficiar al presidente de la empresa estatal -para que además de acciones judiciales se proceda en contra de los padres de los menores-, y también a la ministra del Interior, Carolina Tohá, para que investigue los hechos. En el primero de los documentos -firmados por los jefes de la bancada, Frank Sauerbaum y Marcia Raphael, además de Mauro González que integra la Comisión de Transportes- se detalla precisamente que la destrucción y evasión de la última semana “nos vuelven a situar en los tristes acontecimientos de 2019, ya que vuelven a estar protagonizados por estudiantes y, pareciera, cuentan nuevamente con la justificación de autoridades que figuran más bien ausentes ante su ocurrencia”.
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