La economía neerlandesa entró en recesión y experimentó una contracción del 0,3 % en el segundo trimestre de 2023. En el trimestre anterior, el país experimentó una caída del 0,4 %. El comportamiento negativo de la economía de la exHolanda, la primera de este tipo desde la pandemia, se debe principalmente a una disminución en el gasto de los consumidores y las exportaciones. La inflación ha afectado considerablemente a los Países Bajos y sus socios comerciales, ya que han estado lidiando con precios más altos de los alimentos y facturas de energía. Este escenario negativo contrasta fuertemente con el crecimiento económico anual de casi el 5 % que el país disfrutó en 2021 y 2022, luego de una rápida recuperación de la caída del COVID-19. La entrada en recesión de los Países Bajos se suma a las crecientes preocupaciones sobre la economía del Viejo Mundo, la cual no proyecta buenos indicadores para la mayoría de los países miembros de la comunidad europea.
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