Fue el diario español “El País” quién la eligió en diciembre del 2018, como la bandera más hermosa del mundo. Diseñada y usada por Chile desde 1818, nuestro emblema patrio, fue catalogado por el medio hispano con “un fuerte simbolismo geométrico, que pasó inadvertido casi dos siglos y que cumple en varias partes con la proporción áurea, vinculada al número phi de la belleza”.
Esa “belleza” hoy está en peligro de ser modificada ya que la futura Convención Constitucional tendría la facultad de cambiar los símbolos patrios. La bandera, el himno o el escudo nacional podrían ser objeto de debate en la nueva Constitución y ser cambiados por otros que incluyan los emblemas de los pueblos originarios que representen una potencial plurinacionalidad de la nueva carta fundamental.
Así lo advierte, la académica María Ignacia Sandoval, abogada especialista en Derecho Constitucional e investigadora del Centro de Estudios Constitucionales de Chile (Cecoch) de la U. de Talca. La profesional, señala que la actual constitución vigente, tiene consagrados estos distintivos en el artículo 2, y establece efectivamente que pueden modificarse por ley en el artículo 63, hecho, que podría darse en la Convención.
Para la experta, al ser elegidos dentro de quienes darán vida a la nueva constitución, personas integrantes de los pueblos originarios chilenos, podría abrirse el debate de instaurar un Estado plurinacional y ello llevaría al cambio de los actuales símbolos patrios. “No es aventurado presagiar, que podrían modificarse la bandera, himno y el escudo, para incorporar emblemas mapuches, aymara o rapanui”, señala la Sandoval.
“El problema surgirá, cuando se intente modificar estos símbolos, ya que para la mayoría de los chilenos, son elementos enquistados en nuestra tradición cultural de forma atávica”, señala la abogada. “La bandera y el himno por ejemplo, no sólo son ampliamente utilizados en Fiestas Patrias, sino que son recurrentes su uso en los eventos deportivos, especialmente cuando forman parte de una estrategia triunfadora”, sostiene.
A pesar de esta gran identificación cultural de los chilenos con estas imágenes y sonidos patrios, para María Ignacia Sandoval, la Convención es una oportunidad de impulsar un país más inclusivo, donde la gente podría identificarse incluso aún más con los nuevos símbolos. “Lo veo como algo positivo, que reflejaría la composición de la actual sociedad chilena, una más diversa y pluralista”, señala la académica.
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