Justo cuando el ambiente en el país no es de los mejores, tras la polémica que engloba la posible aprobación del proyecto de ley, Naín-Retamal, punto de inflexión en temas de seguridad, la Confusam sale al ruedo a echar bencina a un foco de incendio que amenaza quemarlo todo. Ante el incremento de pacientes baleados, agresiones e incluso hasta secuestros a funcionarios, la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud (Confusam), presidida por Gabriela Flores, levantó el velo sobre una dramática sensación de inseguridad que aborda a miles de trabajadores de la salud municipal en Chile. La titular de la Confusam sostuvo que la llamada “Ley consultorio seguro”, que busca proteger a los funcionarios de la salud de la inseguridad reinante, «no se está cumpliendo a cabalidad». La dirigente gremial acusó que las municipalidades, de las cuales dependen los centros de salud, no estarían presentando las denuncias, probablemente porque estarían siendo intimidados por los mismos agresores, muchos narcotraficantes. “Los directores de los centros de salud, han sido amenazados de muerte, les destruyen sus vehículos o los golpean para que no denuncien estas agresiones”, indicó Flores.
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