La figura del multimillonario Elon Musk, se está convirtiendo a estas alturas, en una suerte de Vladimir Putin en el mundo de la tecnología, especialmente entre los propios empleados de Twitter, su última polémica adquisición. Visto por sus empleados como un dictador déspota, inhumano y poco confiable, la falta de compromiso a la palabra comprometida, ha sido su mayor karma. A pesar de haber asegurado que se terminarían los despidos, Musk todavía sigue desvinculando empleados de Twitter. La semana pasada despidió a docenas de trabajadores en los departamentos de ventas e ingeniería, incluido uno de los ejecutivos que le entrega informes directos que son cruciales para el negocio de anuncios de Twitter. Según la revista especializada “The Verge”, Musk, ha concretado al menos tres rondas de despidos en Twitter, desde que asumió su propiedad.
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