Un nuevo mapa panorámico de los confines de la Vía Láctea, basado en datos de 2009 a 2018 de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) y telescopio Neowise de la NASA, permitió descubrir una estela de estrellas insertas en una pequeña galaxia que, en 2.000 millones de años más, chocaría contra la nuestra y que aportaría nuevas pruebas sobre la materia oscura.
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