Suena paradojal, pero a veces la astilla del mismo palo, es la que más provoca dolor. Sólo así se podría entender la actitud hacia la India de los nuevos líderes de Gran Bretaña, Rishi Sunak, su nuevo Primer Ministro y la flamante Ministra del Interior, Suella Braverman, conocida por su postura antiinmigración, ambos de origen indio. La nueva jefa de gabinete británico, quién retomó el cargo que le había asignado la renunciada Liz Truss, habría dicho a principios de mes, que tenía reservas con respecto al aumento del número de visas de negocios otorgadas a ciudadanos indios. De hecho, en una entrevista señaló textualmente para defender su tesis «Tengo algunas reservas. Mire la migración en este país: el grupo más grande de personas que se quedan más tiempo son los inmigrantes indios», opción a la cual también se sumaría el nuevo Premier Sunak.
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