China está sufriendo. Y no es por alguna guerra, sino por el calor infernal. Gran parte del país ha estado bajo históricas olas de altísimas temperaturas y sequía durante todo el verano. La provincia de Sichuan, es un ejemplo de lo que está pasando. Con 94 millones de habitantes, a mediados de agosto debieron cerrar todas las fábricas durante seis días, para aliviar la escasez de energía en la región. Los cierres se produjeron después de que los niveles de los embalses disminuyeron y la demanda de aire acondicionado se disparó. Todo indica que el gigante asiático, continuará experimentando sequías, de moderadas a extremas, en los próximos años, lo que afectará gravemente la condición socioeconómica del país, dijo un estudio de científicos de la Universidad de Texas y la Universidad de Tsinghua, de China.
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