Atemorizados vecinos de un acomodado sector de edificios de Las Condes, aseguran la existencia de un “francotirador” que dispara a departamentos y transeúntes con sus mascotas. Aunque las primeras denuncias son de julio del 2020, en los últimos días se han multiplicado los relatos de impactos de balines en ventanales, livings y personas. El caso se ha vuelto un puzle para quienes lo investigan.
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